Cuando no sepas qué decisión tomar, lanza un moneda
Les sonará un poco loco e irresponsable el escoger un método tan al azar cuando de tomar decisiones se trata, pero basaremos nuestra sugerencia en el hecho de que en nuestro interior siempre sabemos qué decisión debemos tomar, lo que pasa es que no siempre sabemos escuchar a esa vocecita que intenta manifestarse y guiarnos por el mejor camino.
Cuando lancemos una moneda al aire, estaremos inconscientemente deseando que la moneda caiga de un lado y eso corresponderá con lo que nuestro corazón desea.
Se habla mucho de la razón en la toma de decisiones y ciertamente por lo general resulta menester hacer un análisis asociado a cada situación, evaluando los pros y los contras, proyectando las consecuencias de nuestras acciones.
Sin embargo, este tipo de análisis puede arrojarnos a tomar la decisión “correcta” de acuerdo a una cantidad de patrones adoptados, de creencias que no son necesariamente las más acertadas, de crianzas, de parámetros sociales, todo esto inyectado en nuestra mente desde inclusive tener uso de razón. Pero la decisión “correcta” no tiene que corresponder con la que más nos convenga de acuerdo a lo que necesitamos aprender y vivir en este trayecto.
Permitámosle a nuestro corazón que tome participación, que se exprese y entendamos el término corazón. No solamente como el músculo que se encarga de bombear sangre a nuestro cuerpo, sino el receptáculo de nuestra verdadera esencia, de lo divino, de lo intangible, de ese conocimiento que traemos más allá de lo almacenado en nuestra memoria y que corresponde a nuestro registro de alma.
Siempre sentiremos dudas al tomar decisiones, pero mientras más nos acerquemos a un estado de calma, a un silencio de nuestra mente, nos será más sencillo alejar las dudas, ver iluminadas las entradas de los caminos que debemos crear a nuestro paso.
El confiar en nuestra intuición, el no cuestionarnos, nos ayuda a ir desarrollando ese sexto sentido con el que todos contamos, pero muchas veces silenciamos, por miedo, por desconfianza o por racionalidad. Comencemos por cosas sencillas y vayamos incrementando el alcance que le damos a nuestra verdadera esencia en la toma de decisiones.
Creer a veces es más complicado de lo que parece y confiar representa el siguiente nivel, pero entendamos que somos seres espirituales viviendo una experiencia encarnada, así que la mayor parte de nosotros no corresponde a lo que vemos, sino justamente aquello que viaja con nosotros a lo largo de nuestras experiencias vitales, allí está nuestra experiencia, nuestra sabiduría y con ella las todas las respuestas que necesitamos.
Así que si no tienes práctica recurriendo a tu fuente… Lanza una moneda…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
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