Las parejas perfectas no son las que nunca pelean
Comencemos flexibilizando un poco el término “perfecto”, interpretándolo como funcional o ideal, ya que a fines prácticos la perfección está lejos de la realidad, todo es perfectible y relativo.
El éxito de las parejas no viene dado por los problemas que presentan, sino por cómo reaccionan ante dichos problemas, cuál es la actitud individual ante una situación y cómo es la resolución de conflictos en conjunto.
Veamos algunos factores predominantes en las parejas de éxito:
Madurez emocional: Son personas, que de forma individual se comportan ante los conflictos con actitud de compromiso y de responsabilidad.
Personas independientes: Aun queriéndose y amándose, no son dependientes una de la otra. Se sienten plenos por sí mismos, tienen proyectos individuales y son capaces de sostenerse por sus propias vías.
Buena comunicación: La capacidad de expresar puntos de vista, plantear preferencias, negociar, está fundamentado en una buena comunicación. No hay mucho lugar para malinterpretaciones, para vacíos de información o para mentiras.
Compenetración: La pareja de éxito está compenetrada, dentro de su independencia forman un buen equipo, donde cada uno ayuda al crecimiento del otro.
Libertad: Cada persona tiene un espacio y una vida, donde el otro es participe y donde la compañía de la pareja es preferida.
Buena disposición para resolver conflictos: Entienden que los conflictos son parte de la relación de pareja y tratan de afrontarlos y resolverlos desde la construcción, pensando en el proyecto global, no dejándose llevar por la situación o el momento y menos tomando acciones destructivas hacia la relación o la pareja.
Es cierto que las parejas que se sienten felices el uno con el otro, tienen menos probabilidades de pelear, porque los conflictos se manejan en términos más sanos para la relación. A diferencia quizás de parejas más inmaduras emocionalmente, cuyos recursos de comunicación y resolución de conflictos no están tan desarrollados y por ende presentan una mayor probabilidad de pelear, distanciarse y separarse por motivos de diferente índole.
Ante un conflicto podemos afrontarlo en pareja de la siguiente manera:
- Conversando acerca del conflicto, cuidando la palabra, sin responsabilizar al otro y en el lenguaje del amor.
- Enfocándose solo en el conflicto a tratar, no se tienen guardados problemas no resueltos o “resueltos” del pasado, para utilizarlos como recursos para inclinar la balanza a favor.
- Ideando entre ambos una solución al conflicto y acordar acciones para evitar que vuelva a ocurrir.
- Evitando inmiscuir a terceras personas en el conflicto, salvo que se requiera de un especialista para mediar.
- Pasando la página, una vez solventado el conflicto, acordado acciones, se hace borrón y cuenta nueva, sin rencores y sin resentimientos, haciendo útil la experiencia y perdonando cuando sea necesario.
Éste es un esquema que las parejas funcionales comúnmente utilizan para manejar sus conflictos, acá prevalece la intención de permanecer juntos, la identificación, el respeto y el amor. Si no sabemos afrontar los conflictos que se nos presentan en la relación de pareja, es muy difícil poderla sostener en el tiempo, porque por inmadurez, inexperiencia, insensatez, vamos acabando con las bases de la relación, principalmente con el amor y el respeto, los cuales una vez perdidos son bastante difíciles de recuperar.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet