Sonríe para la vida, no solo para la foto
Los recursos tecnológicos con los que contamos actualmente han favorecido la presencia de muchas cosas en nuestras vidas, entre ellas una proyección poco fiel de lo que es nuestra realidad, pudiendo inclusive solo sonreír ante el disparo de una cámara.
Hoy en día a muchos parece preocuparles más la imagen de sus vidas proyectadas en las redes sociales, que lo que les ocurre en realidad. Inclusive se habla de que las parejas que más fotos publican mostrando su felicidad, son los que mayores problemas presentan.
Revisemos cuál es el uso que estamos dando a las redes sociales en nuestras vidas, qué nos suman, cómo influye en nosotros y nuestra autoestima un like de algo que puede distar inclusive de lo que proyecta la imagen.
Y más profundamente revisemos ante qué sonreímos, sonreímos para qué, con cuánta espontaneidad podemos mostrar algo de nosotros y si podemos controlar realmente el no compartir los momentos especiales de nuestras vidas con otras personas, inclusive desconocidos.
¿Nos parece tan relevante mostrarle a otros nuestra felicidad o en algunos casos buscar el consuelo en aquellos acompañantes virtuales?
Pienso que es necesario encontrar un punto de equilibrio y perder esa necesidad de aprobación constante, de mostrar públicamente nuestros logros, de hacer de nuestra vida algo cada día menos privado.
Retomemos las sonrisas sinceras, el pasarlo bien aunque no nos estén grabando, disfrutar aunque nadie se entere, sí, es posible, de hecho quienes aún practican este tipo de cosas se sienten más relajados ante las presiones externas, se sienten más seguros de sí mismos y les resulta indiferente hacer una captura a través de algún dispositivo electrónico, porque en su mente y en su corazón tienen el espacio necesario para atesorar lo que les interesa y viven cada momento de manera natural, generando recuerdos que duran más que el disparo de la cámara.
La vida es para disfrutarla, no para registrarla y someterla a aprobación, está muy bien usar a nuestro favor la tecnología y distraernos, comunicarnos y beneficiarnos de ella, pero cuando perdemos el control y dejamos de darle un buen uso, estaremos desvirtuando la intención de las cosas, procurando que cada momento se inmortalice ante los ojos de los demás, pero no refleje lo que realmente vivimos.
Sonríe aunque no tengas batería en el cel, nada pasará si no actualizas un estado en tus redes, a nadie más debe interesarle tu vida tanto como a ti. Así que si vas a someterla a juicio, por favor vive y disfruta realmente de cada momento.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet
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