36 Cosas que he aprendido a mis 36 años
El tiempo vuela y periódicamente tiene sentido hacer un recuentro de las bendiciones que hemos recibido, las experiencias que hemos vivido, los amores, los lugares conocidos, ver hacia atrás con fines prácticos y ver qué tanto nos ha dejado y si podemos inspirarnos para tomar un camino determinado. Hoy tengo 36 años y quisiera que mi recuento fuese justamente de lo que he aprendido:
- A amar a través de la distancia.
- Que un perro no necesariamente te complica la vida.
- A tomarle amor a la cocina, ya no tanto por mí sino por dibujar una sonrisa en el rostro de un pequeño que me llama mamá.
- Que nadie te perturbará tu paz si tú no se lo permites.
- A mirar por instantes el cielo y solo hacerlo, sin buscar nada, ni nadie en él.
- Que los niños son los mejores maestros.
- Que no siempre vas a vivir de aquello que estudiaste.
- Que si vives de lo que realmente te apasiona, tienes un camino enorme recorrido.
- A no prestarle tanta atención a lo que digan los demás de mí o de los míos.
- Que cuando alguien habla mal de alguien, habla más de sí mismo que de la otra persona.
- Que nadie manda en los sentimientos de los demás y el amor hay que disfrutarlo mientras se ama.
- Que agradecer es la mejor manera de pedir.
- A comprender que todo el mundo hace lo mejor que puede con los recursos que tiene.
- A perdonar más allá de la palabra.
- Que la empatía y la compasión nos hacen entender a los demás más allá de lo que podemos apreciar a simple vista.
- Que el amor más puro se siente por un hijo.
- Que debemos ser responsables de nuestros errores y de nuestras decisiones.
- A no decir aquello que realmente no sentimos.
- A no jugar con los sentimientos de los demás.
- Que la maternidad no viene con un manual, pero sí con la guía del corazón.
- A necesitar lo menos posible.
- Que los apegos solo nos generan sufrimientos.
- Que el miedo si lo dejas, se apodera de tu vida.
- Que es mejor quedarse con la culpa, que con las ganas.
- A valorar los afectos importantes en vida.
- Que si nuestro interior está en desorden, nuestro exterior también lo estará.
- Que no es que todos los hombres se parecen… es que todos somos humanos.
- Que debemos ser benévolos con los errores de los demás.
- A dar las gracias, aun cuando no vea el beneficio.
- Que una sonrisa es la mejor llave.
- Que no se entrega el corazón a quien solo quiere la piel.
- Que está bien caerse, siempre y cuando nunca dejemos de levantarnos.
- Que cada día es una oportunidad para recomenzar.
- Que cualquier cosa que comience en este momento, me alegraré dentro de 10 años.
- Que la traición, el engaño y la mentira, no son exclusivos de las malas personas.
- A agradecer la vida, en todas sus presentaciones, a las oportunidades, a las caídas, a los amaneceres, a la música y la risa… agradecer cada latido y cada respiro.
Quizás sean muchas más, pero con sonrisas o con lágrimas, estas cosas aprendidas me parecen tan maravillosas como la vida misma.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet