Claves esenciales para la felicidad
La felicidad no viene con una receta, de hecho hay tantas versiones de felicidad como seres humanos… Pero sin duda hay ciertas cosas que coinciden asociadas al estado de felicidad y queremos compartirlas contigo a fines de que puedas hacer uso de ellas.
Conocernos a nosotros mismos:
Dedicar tiempo a descubrir quiénes somos, observarnos, mirar nuestros procesos de cambio, descubrir lo que amamos, lo que nos gusta y encontrar nuestra verdadera esencia será una de las mejores inversiones que haremos en esta experiencia llamada vida.
Permitir a los demás ser como son:
La mayoría de las personas quiere adaptar a quienes le rodean a lo que les gustaría que fuesen, en especial a sus principales afectos o quienes de alguna manera tienen influencia en sus vidas. Sin embargo, el permitirle a cada quien ser como es, nos ahorra tiempo y energía en críticas, juicios o planes de “mejora”, para otra persona distinta a nosotros. Permitamos a los demás vivir su vida como creen es que les resulta mejor y en lo que esté a nuestro alcance, colaboremos con su vuelo, en lugar de entorpecerlo.
No preocuparse tanto por lo que piensen los demás:
Cada quien tiene sus propios cristales, los cuales ha formado a lo largo de su vida. Sería aburrido que todos miráramos de la misma manera o tuviésemos una opinión común ante todo lo que ocurre. Dicho esto, debemos entender que lo que hagamos o dejemos de hacer, obtendrá de los demás opiniones diversas, para algunos lo haremos bien, para otros, lo contrario… Incluso en algunos casos, todo el exterior coincidirá, pero ello no debe importarnos demasiado, porque a fin de cuentas ésta es una oportunidad única, en la cual debemos poner nuestro mayor empeño en disfrutarla y vivirla como queramos, evidentemente respetando a los demás.
Hacer lo que amamos:
Si no hacemos lo que amamos, estaremos en continua insatisfacción y frustración. Muchas veces ni siquiera sabemos qué es lo que amamos y nos encadenamos a cosas, situaciones y personas que no nos hacen vibrar el alma…Y es cuando sentimos lo más parecido a morir en vida, perdiéndonos de entregar todo eso que llevamos dentro, que pareciese tener un destino muy específico.
Este punto está asociado al anterior, pero digamos que es un tanto más general. Sería ideal hacer solo lo que amamos, sin embargo, la realidad nos habla de que nuestro tiempo lo vamos a fraccionar en muchas cosas, algunas que ni siquiera nos agraden. Buscar que la balanza se incline siempre a que estamos dedicando nuestro tiempo a lo que suma nuestras vidas, es un hecho que nos conectará con el bienestar y nos acercará a la felicidad.
Decir sí o no sin remordimientos:
No es un pecado decir no cuando no queremos hacer algo o decir sí, cuando nuestro ser nos impulsa a aquello que quizás nos da miedo o pena… El poder decir con propiedad y coherencia con lo que queremos, cualquiera de los dos, nos permitirá evitar dedicar una fracción de nuestra vida a algo que no deseamos y nos acercará a atrevernos a ir por lo que queremos.
Evitar el miedo como motor:
Que nos mueva la fe, no el miedo, ninguna de las dos cosas las podemos ver, solo son una creación de nuestra mente. Tomemos convenientemente la que nos ayuda a alcanzar lo que deseamos y no la que nos paraliza o nos mantiene tomando caminos equivocados. Lo que nos dice el miedo nunca es verdad y es una elección… La más perjudicial de todas. Así que decide creer que lo mejor está por venir y de seguro, así será.
Por: Sara Espejo – Reencontrate.com
Publicado en: Reencontrate.com