Hoy me elijo a mí… Hoy elijo ser feliz
Hoy mi despertar trajo consigo la decisión más importante que he podido tomar, porque me he cansado de sufrir, me he casado de dejarme de lado, me he cansado de estar para todos menos para mí, me he cansado de preocuparme por lo que no vale la pena… Y ese cansancio me ha traído una gran bendición: Me ha traído de vuelta a mí.
Me miré cansada, con el llanto contenido, intentando hacerme recordar para qué estamos aquí… Me vi, como si se tratase de un pequeño niño ante mis ojos, reclamando atención, reclamando amor, diciendo que lo está haciendo lo mejor que puede, que por favor no lo castigue más… Y por un momento sentí culpa, sentí rabia, sentí dolor por lo que me había hecho hasta ahora, pero comprendí, que eso era más de lo mismo, que sería seguirme castigando y justamente era la oportunidad de tomar otro camino.
He decidido perdonarme y recomenzar, con toda la experiencia que tengo y asumiendo el mayor de los retos, que se dice fácil, pero cuando has hecho toda la vida lo contrario, puede resultar complicado. El mayor reto no es otro que ser mi prioridad, colocarme de primera en la lista, decirle al mundo: te atenderé luego de que me ocupe de mí, gritar a los cuatro vientos que ¡HE ELEGIDO SER FELIZ!
La felicidad es una decisión
Todos tenemos muchas opciones ante cada paso que damos, el ser felices es una de ellas, el podernos sentir bien, de manera independientemente a lo que ocurra, es haber tomado el control real de nuestras vidas para favorecernos minuto a minuto.
El sentirnos bien está en nuestras manos, desde cómo procesamos la información que recibimos, pasando por enfocar nuestra atención en lo que nos hace bien, hasta lo que hacemos con lo que nos ocurre, es una decisión. Evidentemente hay patrones mentales que determinan nuestros procesos y lamentablemente por lo general esos patrones no nos favorecen.
La buena noticia es que esos patrones son modificables. No importa cuánto tiempo tengamos haciendo las cosas de una forma en particular, siempre podemos cambiar el sentido y dirigirnos hacia lo que nos va a arrojar enormes beneficios.
Y si no sabemos bien la ruta que debemos tomar cuando elegimos ser felices, pues nos convendría prestar atención a estas recomendaciones:
Deja pasar tus pensamientos negativos sin engancharte. Ellos siempre llegan, pero si no les prestamos atención tienden a alejarse y distanciarse en la frecuencia de aparición.
Enfócate en lo que te gusta, en lo que deseas, en lo que va bien en tu vida, deja de lado la queja y el hábito de mirar, hablar y enfocarte en lo que no te gusta, no deseas y no va como quieres en tu vida.
Aprende a decir que no cuando no quieras hacer algo, cuando te incomode, cuando no tengas tiempo, cuando prefieras hacer algo diferente, el no siempre es una respuesta válida y respetable.
Aprende a decir sí a lo que te gusta, a tus sueños, a la entrada de cosas prometedoras a tu vida. El sí es la mejor respuesta que le podemos dar a la vida.
Ama tu cuerpo, reconcíliate con sus imperfecciones, ése es el único transporte que tenemos para esta experiencia, así que lo que podemos hacer es amarlo y cuidarlo. No importa que sea gordito, pequeño, flaco, marrón, azul… Es nuestro medio y tenemos que amarlo.
Siéntete orgulloso de lo que eres, de todo lo que eres. Descubre tus talentos, reinventa tu vida en función de lo que haces con el corazón y date la oportunidad de mostrar una persona enamorada sinceramente de sí misma.
Rodéate en lo posible de personas positivas. Esto es una consecuencia de nuestra decisión de ser felices. Cuando nos sentimos bien no entraremos en sintonía con personas que vibre diferente.
Perdona en paquete, ni te molestes en escudriñar todo tu pasado a ver qué tienes que perdonar, eso causa más dolor y además quita tiempo valiosísimo, que podemos invertir creándonos una vida diferente. Agarra tu pasado y di perdono todo lo que dolió, aunque hoy sé que todo fue perfecto tal y como ocurrió, bendigo todas mis experiencias y sigo adelante.
Háblate con amor y respeto. Vigila cómo te diriges a ti, solemos ser crueles y abusadores con nosotros mismos, cuida el lenguaje y el contenido, nuestra mente se cree todo lo que le decimos, hablémosle con amor, con esperanza, con paciencia, como si le habláramos a la persona más importante de nuestras vidas, porque SORPRESA: ¡Eso somos!
Viniste a ser feliz… ¡No te distraigas!
Por: Sara Espejo – Perlas para el Alma
Una serie de consejos muy necesarios, pero que a menudo olvidamos… Gracias por recordarlos.