Si no está ocurriendo ahora, no es el momento…
Solemos impacientarnos con lo que queremos ver materializado en nuestras vidas, olvidando o sin saber que lo que no está ocurriendo es porque no es su momento.
¿Podemos hacer algo para apresurar la llegada de algún acontecimiento a nuestras vidas?
Pues la respuesta no es absoluta, pero en términos generales sí podemos hacer cosas para que aquello que deseamos llegue.
Lo que podemos hacer para apresurar la manifestación de algo en nuestras vidas es:
¡Permitir que llegue!
Porque normalmente bloqueamos la llegada de lo que deseamos a través de nuestros pensamientos, que se traducen en una vibración que se envía al universo.
Si logramos mantener la confianza de que aquello que deseamos, lo tendremos, no hay forma de que no llegue. Si por el contrario, le damos paso a la duda, a los pensamientos limitantes, a los miedos, a opiniones que nos perjudican, estamos bloqueando el canal de acceso y con ello estamos retrasando o anulando lo que deseamos que ocurra.
En lugar de pedir algo, agradece como si ya fuese parte de tu vida, siéntelo como si aquello que esperas ya ha llegado. Cuando logra alojarse en tu mente, se manifestará en tu vida, cuando logras sentir aquello que anhelas como si ya lo tuvieses y tu mente se familiariza con la emoción, le estás comunicando al universo de manera efectiva que estás preparado para recibir aquello que quieres.
Entendamos que es mucho más importante cómo nos sintamos que lo que hagamos para obtener algo, que la velocidad de manifestación depende de qué tan receptivos estemos a la vida y sus milagros. El tiempo es algo relativo, una dimensión para explicar la linealidad de nuestra existencia.
Pero si es pronto o tarde, depende en gran medida de nosotros mismos, de si podemos relajarnos y dar por tomada nuestra orden, confiando en nuestra cocreación y esperando en paz. O si por el contrario, nos llenamos de angustia y de impaciencia, pensado que quizás debemos hacer más o tomar vías alternas que nos permitan encontrarnos con aquello que deseamos.
Entrenando la confianza
Estar tranquilos y confiados frente a la llegada de lo que deseamos no es sencillo, requiere de un autocontrol y una fe ciega que a muchos nos cuesta mantener. Pero hagamos un ejercicio pequeño al día, con algo que no sea trascendental, que realmente nos importe poco y probemos qué tan fácil nos llega aquello que queremos que ocurra, si nos relajamos y no le prestamos mayor atención.
Así mediremos la efectividad, entrenando la confianza y preparándonos para que no existan límites… Porque si no está ocurriendo ahora, definitivamente no es el momento, pero desde la paz y la fe, podemos procurar la llegada de ese momento.
Prepárate para recibir siempre de la vida lo mejor y la vida simplemente te complacerá… No es complicado, es mucho más sencillo de lo que parece. La vida está lista para darte lo que pidas, con la única condición de que abras tus manos para recibir…
Por: Sara Espejo – Perlas para el Alma